A medida que el calentamiento global crece, en áreas donde el calor veraniego era igual o menos problemático que el frío invernal, comienza a ser más importante combatir el calor que el frío. Nueva York puede ser una de estas áreas.
El 22 de Julio de 2011, un día que marcó un récord de consumo eléctrico en esa ciudad durante el pico de una ola de calor, las superficies oscuras de algunos de sus tejados alcanzaron nada menos que unos 77 grados centígrados (unos 170 grados Fahrenheit). Sin embargo, en una cubierta de material blanco se midió la mayor diferencia de temperatura respecto al valor anterior, unos 24 grados centígrados menos (42 grados Fahrenheit menos). El material blanco era la cubierta de bajo costo promovida como parte de la iniciativa impulsada por el alcalde Michael Bloomberg de reducir en un 30 por ciento para el año 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero de la ciudad.
Tejados de Nueva York. (Foto: Patrick Theiner, Creative Commons)
La instalación generalizada de tejados blancos, como la que se intenta lograr en Nueva York a través del programa NYC CoolRoofs, podría reducir las temperaturas urbanas de un modo lo bastante generalizado como para conseguir reducir de manera importante el consumo de electricidad, y por tanto recortar también las emisiones de gases de efecto invernadero en aquellas centrales eléctricas que los emiten como subproducto inevitable de su actividad de generación de electricidad, tanto más elevada cuanto mayor es la demanda de electricidad.
Así lo indican las mediciones hechas en el marco del estudio llevado a cabo por el equipo de Stuart Gaffin de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York. En el equipo también han trabajado especialistas de la NASA.
El calor dentro de los edificios en ciudades como Nueva York y muchas otras provoca, entre otras cosas, picos en el consumo eléctrico y en las emisiones de gases de efecto invernadero, una peor calidad de aire y un mayor riesgo de muerte durante las olas de calor. En los últimos años, los responsables de urbanismo en muchos países del mundo han barajado la idea de reducir este efecto convirtiendo los tejados oscuros en tejados "vivos" cubiertos de plantas, o en tejados blancos, una opción mucho menos costosa. Entre las opciones evaluadas en el nuevo estudio, estuvieron dos membranas sintéticas que requieren de instalación profesional, y un revestimiento blanco aplicable por cualquiera como una pintura, que es la opción promovida por la mencionada iniciativa.
Con el cambio climático, es probable que en las próximas décadas se intensifique el efecto de "isla de calor" en las ciudades, tal como advierte Cynthia Rosenzweig, científica del Centro Goddard de Estudios Espaciales de la NASA en Nueva York y coautora de la investigación.
Fuente: Solociencia
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