Hace 360 millones de años, los primeros vertebrados decidieron cambiar su entorno acuático por la tierra, en la que no tenían competencia. Hasta ahora se ha creído que los primeros en dar ese cambio eran unos tetrápodos primitivos ya extintos, los 'Ichthyostega', pero ha sido ahora cuando se ha podido averiguar exactamente cómo se movían. Para sorpresa de los investigadores, no caminaban, sino que se impulsaban a pequeños saltos.
Para averiguar con precisión cómo se desplazaban, tres investigadores británicos, de la Universidad Veterinaria Real de Londres y de Cambridge, han logrado reconstruir en tres dimensiones las articulaciones de aquellos tetrápodos del Devónico y, gracias a un modelo informático, han recreado también sus movimientos.
Los científicos, dirigidos por Stephanie E. Pierce, emplearon tres largos años en tomografiar fósiles de 'Ichthyostega' en diferentes posiciones. También lo hicieron con animales actuales emparentados o similares, como las salamandras, los cocodrilos o las nutrias. Algunos los llegaron a diseccionar para ver cómo eran los tejidos musculares.
Hasta ahora, la ciencia ha considerado al 'Ichthyostega' como el organismo de transición entre los vertebrados acuáticos y los terrestres, y se les atribuía una locomoción a cuatro patas, apoyando todas las plantas, similar a la de las salamandras.
Un caminante incapaz
Tras recomponer el 'puzle' articular, descubrieron que esa imagen era errónea, dado que las articulaciones del hombro y las caderas de estos tetrápodos sólo podían realizar movimientos muy rígidos que le impedían caminar sobre cuatro patas. En concreto, no podían rotar a lo largo de su eje, un movimiento fundamental en todos los animales terrestres que tienen huesos.
La recreación en 3D demuestra que estos animales tendrían movimientos sincronizados de las patas delanteras, mientras que las traseras no se apoyaban, sino que les servirían sólo para estabilizarse, como la cola.
"El único tipo de locomoción terrestre compatible con esas características anatómicas consiste en utilizar las patas delanteras como una especie de muletas, impulsándose hacia adelante en una serie de saltitos como hace el 'Saltarín del fango', una especie de pez actual que pasa gran parte de su tiempo fuera del agua. Las patas traseras le serían útiles para nadar, pero en tierra se arrastrarían casi pasivamente", señala el paleontólogo español Mauricio Antón, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) que también hace recreaciones.
Estos hallazgos hacen que resulte muy improbable que determinados rastros de huellas fósiles encontrados recientemente en sedimentos del Devónico, fueran producidos por los 'Ichthyostega', dado que los realizó un animal que iba a cuatro patas.
Antón destaca de este trabajo la integración de metodologías, como el estudio anatómico convencional, la disección de animales actuales, la captura de la morfología en 3D, la creación de modelos virtuales y su animación. "Es el tipo de metodología combinada que utilizamos en el departamento de Paleobiología del Museo para estudiar la locomoción y comportamiento predatorio de los mamíferos carnívoros extintos", señala.
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