El cuadro de cifras en los que el servicio de estudios del BBVA sintetiza sus nuevas previsiones es un rosario de números rojos, con la solitaria excepción de las exportaciones. La nueva recesión en la que ya está inmersa la economía española se adueña de todas las variables que analizan los expertos de la entidad, sobre todo en 2012. Según el servicio de estudios, el ritmo de destrucción de empleo se acercará al de la gran recesión de 2009 y la tasa de paro se situará en el entorno del 25% hasta la primera mitad de 2013. El pronóstico del BBVA sobre la evolución del mercado laboral es el más pesimista entre los publicados este año. Los expertos del banco calculan que en 2012 se perderá un 4% de los puestos de trabajo que había el ejercicio anterior, un ritmo de destrucción de empleo solo superado por el de la gran recesión de 2009 (-6,4%). El próximo año se perderán unos 2.000 empleos diarios, aseguró Rafael Doménech, responsable del BBVA para la economía española, quien matizó que, en el cuarto trimestre de 2011, la pérdida de puestos de trabajo fue mayor. En las nuevas previsiones, el BBVA sostiene que la tasa de paro superará el pico en la serie estadística, que se alcanzó en 1994. Y eso a pesar de que el deterioro de la situación económica hará que muchas personas dejen de buscar trabajo, que la población activa se reduzca. Pensamos que el número de parados llegará a 5,7 millones de personas, respondió Domenech a preguntas de la prensa. La reforma laboral es muy importante para evitar que, cada vez que la actividad económica retrocede, la tasa de paro supere el 20%, afirmó el economista jefe del BBVA, Jorge Sicilia. El servicio de estudios de la entidad valoró el último acuerdo entre sindicatos y patronal, sobre todo por su compromiso con la moderación salarial y por minimizar el uso de las cláusulas para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores. Pero espera mucho más de la reforma que ultima el Gobierno. A corto plazo, las nuevas medidas deben facilitar el ajuste en la jornada del trabajo, la flexibilidad salarial, flexibilidad en la organización de las empresas, planteó Doménech, a largo plazo, la reforma debe propiciar empleos estables, más productivos, políticas activas de empleo más eficaces y un modelo de contratación más racional. El pronóstico sobre la caída del PIB no es tan pesimista. El BBVA prevé que la economía española decrecerá un 1,3% este año (frente al 1,7% anticipado por el FMI), con crecimientos trimestrales negativos hasta el otoño. Para 2013 vaticina una mínima recuperación, con un avance del 0,6%. Los responsables del servicio de estudios destacaron la fortaleza de las exportaciones, la única variable que ha recuperado los niveles que había alcanzado antes de la crisis. Lo que creen casi imposible es que se logre reducir el déficit público del 8,2%, con el que estiman que se cerró 2011, al 4,4% pactado con Bruselas. Aun incorporando un ajuste fiscal de 40.000 millones, tal y como ha anunciado el Gobierno, el servicio de estudios del BBVA no cree que el déficit pueda reducirse más allá del 5,3% del PIB. Un ajuste de esa envergadura es más que suficiente, apuntó Domenech. Con los ingresos disminuidos por la nueva recesión, el recorte en el déficit estructural (que depura los efectos del ciclo económico) sería mucho más ambicioso de lo que se pactó con Bruselas. En estas condiciones, lograr reducir el déficit público al 3% en 2013, sería equivalente a dejar el déficit estructural en el 0%, un objetivo que la nueva Ley de Estabilidad fija para 2020. Los responsables del servicios de estudios del BBVA evitaron mojarse sobre si serán necesarias nuevas subidas de impuestos, no sin señalar que el grueso del esfuerzo fiscal corresponde a las comunidades. Y dieron por hecho que, con estas negras perspectivas de empleo, el déficit de la Seguridad Social será este año mayor que el de 2011.
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