La investigación realizada por el equipo de Michelle Lawing y P. David Polly, en la que se tomó como referencia a las serpientes de cascabel norteamericanas, indica que la velocidad de cambio futuro del hábitat será de dos a tres órdenes de magnitud mayor (o sea, de 100 a 1.000 veces mayor) que la velocidad de cambio promedio de los últimos 320 milenios, un prolongado período que incluyó tres ciclos glaciales importantes y variaciones considerables en la temperatura y otros parámetros del clima.
En apenas 90 años, en el mejor de los casos, las áreas de distribución geográfica apropiadas para esas serpientes cambiarán 100 veces más rápido de lo que lo han hecho en los últimos 320.000 años. Y no cabe esperar que a otras especies las cosas les vayan mucho mejor. La magnitud de este fenómeno es distinta a la de cualquier otro experimentado por esas serpientes y otras especies en muchísimo tiempo, quizá incluso en todo el tiempo transcurrido desde su surgimiento.
Las serpientes de cascabel son buenos indicadores del cambio climático porque son animales de sangre fría, es decir que no son capaces de regular por sí mismas la temperatura de su cuerpo, por lo que dependen del medio ambiente para ello.
Serpiente de cascabel. (Foto: Ed Schipul)
Las especies irán desapareciendo. Y la especie humana? ¿Se dice qué pasará con nosotros?
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