Los ordenadores, los teléfonos móviles inteligentes y las tabletas han transformado la manera en que trabajamos y nos comunicamos. Carver Mead (California, 1934) es uno de los hombres que ha hecho posible que estos dispositivos electrónicos sean mucho más potentes y ligeros.
La Fundación BBVA ha querido reconocer el trabajo de este científico del Instituto Tecnológico de California otorgándole su Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). El galardón ha sido anunciado este martes en Madrid.
Además del director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, han asistido al acto en el que se hizo público el fallo tres de los miembros del jurado: Andrea Goldsmith, catedrática de Ingeniería Electrónica de la Universidad de Stanford; Ron Ho, arquitecto de Hardware VLSI del laboratorio Oracle, y Ramón López de Mántaras, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC.
Miniaturización de chips
Carver Mead no sólo ha conseguido que los ordenadores sean omnipresentes en nuestra vida cotidiana. Fue el primero en pronosticar, a principios de los años setenta, que la industria informática crecería de forma exponencial gracias al desarrollo de microchips cada vez más potentes y pequeños. Acuñó la conocida como 'Ley de Moore', según la cual la potencia de los ordenadores se duplica cada año y medio.
"En aquella época [años 70], la gente no creía que los chips pudieran hacerse muy pequeños", recuerda Mead, que trasnochó para intervenir en directo durante el anuncio de su premio (en California eran las 2 de la madrugada). Asegura el profesor que ya entonces consideraba obvio el papel que la computación y la comunicación terminarían desempeñando en la transformación del mundo: "Los detalles sobre qué productos surgirían no estaban del todo claros", afirma.
"Sabíamos que los chips tendrían un amplio rango de aplicaciones, pero ha habido desarrollos que nadie hubiera podido predecir", asegura.
Sus trabajos han contribuido enormemente a hace realidad el futuro que imaginó hace cuarenta años. Sus investigaciones hicieron posible el diseño de chips cada vez más elaborados, como los procesadores que se utilizan en portátiles, teléfonos móviles inteligentes, reproductores de DVD o automóviles. Fue el creador de los dispositivos VLSI (siglas en inglés de Sistemas Integrados a Muy Gran Escala), constituidos por millones de componentes.
Gracias a su trabajo fue posible sistematizar el diseño de los nuevos y potentes chips para que pudieran desarrollarlos también personas sin conocimientos especializados en física.
El espíritu de Silicon Valley
Carver Mead es una de las figuras más destacadas de Silicon Valley y uno de los científicos que mejor encarna su espíritu. Compagina su ingente trabajo académico -es autor de más de 200 artículos científicos- con la aplicación práctica de los resultados de sus investigaciones, que se han traducido en más de 80 patentes registradas en EEUU y en la fundación de numerosas empresas tecnológicas.
Su nombre está estrechamente ligado a las investigaciones sobre el silicio y semiconductores, hasta el punto de que se le considera el pensador más influyente en la tecnología que utiliza este material.
También se ha interesado por los sistemas neuronales biológicos y ha desarrollado las primeras retinas y cócleas de silicio. Para entender el funcionamiento del ojo, señala el ingeniero, resulta muy útil reproducirlos artificialmente.
Y es que, como subrayó Ron Ho, arquitecto de Hardware VLSI del laboratorio Oracle y uno de los miembros del jurado, resulta complicado destacar sólo una de sus contribuciones.
Respecto al desarrollo de nuevos materiales para la industria electrónica, Mead cree que el grafeno "es fascinante desde una perspectiva científica": "Espero que juegue un papel importante en el futuro desarrollo de un amplio abanico de dispositivos", señala. Sin embargo, el científico no lo ve como un sustituto del silicio, sino como un material que se usará en otra línea de exploración.
Carver Mead es el cuarto premiado en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación, un galardón dotado con 400.000 euros. En las anteriores ediciones se hicieron con esta distinción Donald E. Knuth, por sus trabajos en programación informática, Thomas Kailath, por sus aportaciones para lograr chips y circuitos integrados cada vez más pequeños y Jacob Ziv, cuyas investigaciones han permitido crear archivos como los MP3, JPG o PDF.
Fuente: El Mundo
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