En Titán, la luna más grande de Saturno, existen enormes campos de dunas, muy parecidos a los desiertos como el del Sahara o de Namibia sobre la Tierra. Pero esa inmensidad de arena no es homogénea en todo el satélite. Un nuevo análisis de los datos del radar de la nave espacial internacional Cassini ha reveladovariaciones regionales entre las dunas. El resultado de la investigación aporta nuevas pistas sobre la historia climática y geológica de esta luna gigante, cuyas condiciones -tiene grandes lagos de hidrocarburos líquidos y una química muy compleja en su superficie- resultan muy parecidas a las de la Tierra primitiva y donde, desde hace tiempo, los científicos especulan con la posibilidad de encontrar vida
Los campos de dunas son comunes en Titán, solo superados por las llanuras aparentemente uniformes que cubren la mayor parte de la superficie. Cubren aproximadamente el 13% de la luna y se extienden a lo largo de más de 10 millones de kilómetros cuadrados, un área más o menos equivalente a Canadá. Aunque de forma similar a las dunas lineales en los desiertos de Namibia o el sur de Arabia, las dunas de Titán son enormes para los estándares terrestres. En promedio, tienen uno o dos kilómetros de ancho, cientos de kilómetros de largo y unos 100 metros de altura.
Sin embargo, su tamaño y disposición varían en toda la superficie, revelando el entorno en el que se han formado y evolucionado. Otra diferencia es que la arena de Titán no está hecha de silicatos, como en la Tierra, sino de hidrocarburos sólidos que caen de la atmósfera. Después, se agregan como milimétricos granos en un proceso que aún resulta desconocido.
Utilizando datos de radar de la sonda Cassini, un equipo de científicos dirigido por Alice Le Gall, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en California, ha descubierto que el tamaño de las dunas de Titán está controlado por al menos dos factores: la altitud y la latitud.
Los principales campos de dunas en Titán se encuentran en las zonas bajas. Las dunas en las elevaciones más altas tienden a ser más estrechas y a estar más separadas, y las distancias entre las mismas se muestran más brillantes en el radar de la Cassini, lo que indica una capa delgada de arena. Esto sugiere que en las elevaciones más altas del planeta hay relativamente poca arena disponible para formar dunas, mientras que sí está más presente en las tierras bajas.
En términos de latitud, las dunas están confinadas a la región ecuatorial, mientras que tienden a ser más estrechas y a estar más espaciadas en las latitudes del norte. Los científicos creen que esto puede deberse a la órbita elíptica de Saturno. Debido a que el planeta tarda unos 30 años en completar una órbita, cada estación de Titán dura algo más de siete años. La naturaleza ligeramente elíptica de la órbita de Saturno implica que el hemisferio sur de la luna tenga veranos más cortos pero más intensos.
Cuestión de humedad
Como resultado, en las regiones del sur, la humedad de la superficie es reducida. Cuanto más secos son los granos de arena, más fácilmente pueden ser transportados por los vientos para hacer dunas. En el norte ocurre lo contrario. Respalda esta hipótesis el hecho de que los lagos y mares de etano y metano líquidos de Titán se encuentran predominantemente en el hemisferio norte, lo que sugiere una vez más que el suelo puede ser más húmedo allí, haciendo más difícil el transporte de granos de arena por el viento.
«Entender cómo se forman las dunas, así como explicar su forma, tamaño y distribución en la superficie de Titán es de gran importancia para la comprensión de su clima y geología», dice Nicolás Altobelli, científico de la Cassini-Huygens. «Como su material está hecho de hidrocarburos atmosféricos congelados, las dunas pueden darnos pistas importantes sobre el todavía enigmático ciclo de metano y etano en Titán, comparable en muchos aspectos al el ciclo del agua en la Tierra».
Fuente: Diario ABC
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