El pasado mes de septiembre, un equipo de astrónomos dio a conocer una rareza descubierta por el observatorio espacial Kepler de la NASA. Se trataba de un planeta con dos soles, el Kepler-16 b, el primero hallado hasta la fecha. Apodado «Tatooine» por ser lo más parecido al mundo ficticio de StarWars que haya aparecido jamás, era un mundo raro, sí, pero no el único. La misma sonda ha detectado otros dos nuevos planetas que orbitan, cada uno, su propio sistema binario de estrellas. Y puede haber muchos más. En realidad, millones de ellos.
Los planetas ahora desvelados, llamadosKepler-34b y Kepler-35b-, giran alrededor de un par de estrellas unidas gravitatoriamente que se orbitan entre sí. El primero se encuentra a 4.900 años luz de la Tierra y el segundo, aún más lejos, a 5.400 años luz. Según han explicado los responsables de la investigación en la 219 Conferencia de la Sociedad Astronómica Americana que se celebra estos días en Austin, Texas -resultados que también ha publicado la revista Nature-, cada pareja de estrellas fue descubierta al eclipsarse la una a la otraperiódicamente. Pero, además, su brillo disminuía a intervalos irregulares, lo que delataba la presencia de los nuevos mundos, que transitan por delante. De esta forma, los científicos pudieron confirmar la existencia de los planetas y medir su masa.
Ambos planetas son gigantes de gas de baja densidad, comparables en tamaño a Júpiter o Saturno, pero mucho menos masivos. Kepler-34 es un 24% más pequeño que Júpiter, pero su masa es un 78% menor. Realiza una órbita completa en 288 días terrestres alrededor de un par de estrellas similares al Sol. Kepler-35 es un 26% más pequeño, su masa es un 88% menor y completa su órbita alrededor de sus estrellas, más pequeñas, mucho más rápido, en solo 131 días.
Un clima complejo
Los astrónomos creen que estos planetas están hechos principalmente de hidrógeno y que son demasiado calientes para mantener vida. «Losplanetas circumbinarios pueden tener climas mucho más complejos, ya que la distancia entre el planeta y cada estrella cambia de manera significativa durante cada período orbital», explica Eric B. Ford, investigador de la Universidad de San Diego y autor principal del estudio.
Los astrónomos sospechaban de la existencia de estos planetas que parecen de «ciencia ficción» desde hacía mucho tiempo, pero resultan muy difíciles de detectar y no fue hasta el hallazgo del 16-b que pudo ser confirmada. Ahora, con otros dos más en la lista, «Kepler ha demostrado que la galaxia puede estar llena de millones de planetas que orbitan dos estrellas», asegura Ford.
El descubrimiento ha sido posible gracias a las grandes capacidades del telescopio espacial Kepler, por lo que no es extraño que los astrónomos prácticamente rueguen a la NASA que extienda la misión hasta el año 2016, con la esperanza de que ofrezca nuevas sorpresas y, sobre todo, encuentre, por fin, evidencias incontestables de planetas similares a la Tierra capaces de albergar vida.
Fuente: El País
Enlace patrocinado por
info@ingeypro.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario