- La sonda Kepler de la NASA descubre una pareja de planetas que orbitan a la menor distancia jamás detectada entre dos mundos
- Imagínese vivir en un mundo en el que un gigantesco planeta gaseoso como Neptuno, tres veces mayor que las lunas llenas que vemos en la Tierra, emergiera en el horizonte. Éste es el espectáculo cósmico que disfrutaríamos si pudiéramos viajar a Kepler-36, un sistema planetario recién descubierto en el que dos mundos orbitan una estrella a muy poca distancia."Estos dos planetas tienen encuentros muy cercanos", explica Josh Carter, un investigador del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica que ha participado en este hallazgo, publicado esta semana en la revista 'Science'."Los dos mundos se encuentran a la distancia más cercana que hemos observado hasta ahora en todos los sistemas planetarios que se han descubierto", añade el coautor del descubrimiento, Eric Agol, de la Universidad de Washington.
Según sus observaciones, en su momento de máxima aproximación, los dos planetas se encuentran a tan sólo 1,9 millones de kilómetros, 20 veces más cerca que la mínima distancia entre los planetas de nuestro Sistema Solar.
Los científicos descubrieron este fascinante sistema planetario con la nave Kepler de la NASA, que es capaz de de detectar un planeta cuando pasa por delante de su sol, y por tanto reduce durante un breve periodo la luz que emite la estrella.
El nuevo sistema se compone de dos planetas que orbitan una estrella parecida a nuestro Sol, aunque varios miles de millones de años más antigua. El mundo más próximo a la estrella, llamado Kepler-36b, es un planeta rocoso 1,5 veces más grande que la Tierra y con una masa casi cinco veces mayor. Orbita su sol cada 14 días a una distancia media de casi 18 millones de kilómetros.
El mundo más lejano, Kepler-36c, es un gigante gaseoso 3,7 veces mayor que la Tierra y con una masa ocho veces mayor. Este planeta orbita su estrella cada 16 días, a una distancia de 19 millones de kilómetros.
Cada 97 días, los dos planetas se aproximan hasta tal punto que la distancia entre ambos es sólo cinco veces la que separa la Tierra de la Luna. Como Kepler-36c es mucho más grande que nuestra Luna, la vista que ofrece al aparecer en el horizonte del planeta vecino es impresionante.
Sus descubridores están intentando comprender ahora cómo es posible que estos dos mundos tan diferentes acabaron teniendo orbitas tan cercanas. El hallazgo resulta sorprendente, teniendo en cuenta que en nuestro Sistema Solar, los planetas rocosos orbitan cerca del Sol, mientras los gigantes gaseosos se mantienen lejanos.
Aunque Kepler-36 es el primer sistema planetario en el que se han observado estos encuentros tan cercanos entre dos mundos,probablemente no será el último. "Ahora nos estamos preguntando cuántos sistemas cómo éste existirán ahí fuera", afirma Agol.
Fuente: Diario El Mundo
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