La empresa vasca Aerovisión ha diseñado el ‘Fulmar’, un vehículo aéreo no tripulado que la multinacional Thales comercializa en todo el mundo tanto para defensa como para uso civil.
Se llama Fulmar, pesa 15 kilos, vuela a cien kilómetros por hora y puede captar imágenes desde 3.400 metros de altura, lo que le convierte en el avión espía perfecto. Además, es un vehículo aéreo no tripulado (UAV, en sus siglas en inglés), es decir, no necesita piloto, sino que se controla desde un centro de mandos en tierra. Entre sus ventajas únicas frente a otros competidores, es que se trata del único UAV de rango medio capaz de aterrizar en el agua, lo que le hace perfecto para la vigilancia del tráfico marítimo o como aliado de cualquier armada, ya que puede despegar desde un barco. Este ingenio es obra de la empresa vasca Aerovisión y ha despertado el interés de la filial española de Thales, compañía especializada en defensa y aeronáutica. “No hay un equivalente del Fulmar en la Unión Europea”, explica José Sarnito, director de Desarrollo de Negocio Aeroespacial, Defensa y Seguridad de Thales España. Sarnito apunta que el primer paso es comercializar el producto en este país, para luego venderlo en todo el mundo. De hecho, ya se han hecho algunas pruebas de este modelo, por ejemplo, en temas de vigilancia fronteriza en Grecia. En el ámbito de defensa, todavía se está trabajando en algunas adaptaciones del Fulmar, pero el avión ya está listo para uso civil, por ejemplo, en el control de incendios o cualquier otra actividad que requiera de imágenes captadas desde el aire. Futuro La puesta de largo de este vehículo aéreo no tripulado a nivel internacional se realizará en la feria Unvex, que se celebra a finales de abril en Madrid. En su desarrollo, se han invertido cerca de cinco millones de euros y más de cuatro años de investigación. En principio, se comercializará con la fórmula de pago por uso, en lugar de tener que adquirir el aparato. El mercado de los UAV es uno de los que más potencial tienen para la industria aeronáutica, pero su futuro todavía depende de una regulación que defina, entre otras cosas, su uso en espacios civiles, explica José Sarnito. Aun así, se calcula que este sector podría llegar a mover cerca de 6.000 millones de dólares (4.500 millones de euros) en la próxima década. Mientras tanto, Aerovisión y Thales han unido fuerzas para que el Fulmar coja altura y se convierta en el referente mundial de los UAV de rango medio.
Fuente: Diario Expansión
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