Un
nuevo cometa, denominado
C/2012 Panstarrs K1, descubierto el 17 de mayo de 2012 por el telescopio de 1,8 m de diámetro
Panstarrsdesde la cima de Haleakala en la Isla de Hawái, se podrá contemplar al límite de la visión humana y desde lugares muy oscuros a mediados del mes de octubre. El
cometa ha desarrollado una importante cola y actividad en general, desde su descubrimiento cuando apenas era un debilísimo objeto de magnitud 19,7. Se puede contemplar con unos simples prismáticos a día de hoy con magnitud visual 8 y en la constelación de la Osa Mayor, por lo que es visible desde todo el hemisferio norte. El día del descubrimiento el cometa se localizaba a 1.301.520.000 km, o a 8,7 veces la distancia que nos separa del Sol.
Visibilidad
Justo cuando cruce la línea del ecuador celeste entre el 15 y el 16 de septiembre, alcanzará una magnitud visual de 6, por lo que se podrá ver como una tenue nebulosidad a simple vista. El mayor brillo lo alcanzará entre el 29 de septiembre y el 23 de octubre con magnitud 5,9 (el ojo desnudo alcanza a ver hasta la 6ª magnitud) y aunque esté cada día que pasa más abajo y en el hemisferio sur, se podrá observar desde toda España, mejor cuanto más al sur nos encontremos.
Serán más afortunados los observadores de las Islas Canarias, al contemplar el cometa más alto en el cielo. Mientras más alto se encuentre sobre el horizonte un objeto celeste en el firmamento, menos capa de atmósfera cruzará su luz, por lo que se hará más brillante. El cometa ya no será visible en noviembre para los observadores del hemisferio norte, aunque reaparecerá para diciembre ya debilitado.
Durante los días anteriores y posteriores al 27 de agosto, el cometa se hará invisible por la luz del Sol. Habrá que esperar a su reaparición tras el Sol a primeros de septiembre, cuando se haga visible entre las luces del crepúsculo matutino. A medida que el cometa se acerca al Sol, el desarrollo de su cola y su actividad deben ser mucho mayores. Como de hecho faltan cinco meses para que llegue al perihelio, se prevé que el cometa sea todo un espectáculo en fotografías y a través de cualquier tipo de ayuda óptica.
Morfológicamente, el tamaño del cometa aumenta rápidamente y ocupará una importante extensión en el cielo cuando esté cerca o pasado el perihelio. La máxima aproximación a la Tierra tendrá lugar a 142.120.000 km.
Una órbita casi hiperbólica
Este cometa es la primera vez que nos visita desde su descubrimiento y multitud de telescopios del hemisferio norte lo siguen y estudian asiduamente. La órbita del cometa lo llevará a su punto más cercano al Sol el próximo 27 de agosto, a una distancia de 157.080.000 km, prácticamente a la misma distancia que hay entre la Tierra y el Sol, por lo que no corre peligro de desintegrarse. Recordemos que un cometa es una roca rodeada de hielo y su aproximación al Sol hace que el hielo se sublime pasando del estado sólido al gaseoso. Si se acerca demasiado, el cometa puede desarrollar en su núcleo importantes emanaciones de gas, géiseres y material cometario (rocas y hielo), que lo pueden fragmentar y destruir.
Le diremos adiós
Los cometas nos pueden llegar desde cualquier punto del espacio, ya que la mayoría provienen de la
Nube de Oort, una esfera que rodea el Sistema Solar a unos 2 años luz del Sol, llena de escombros de la formación del Sistema Solar, de tal forma que sus órbitas pueden tener inclinaciones exageradas con respecto al plano en el que giran todos los planetas con respecto al Sol, que denominamos eclíptica. En el caso del cometa C/2012 Panstarrs K1, su órbita está inclinada con respecto a la eclíptica 142,43º. Además, a este cometa ya no volveremos a verlo, como la mayoría de ellos, pues su órbita hace que vuelva por las proximidades del Sol cada 800.000 años.
Lo que puedes ver en la fotografía
La fotografía que ilustra este artículo ha sido tomada desde el Observatorio Astronómico de Almadén de la Plata. En la zona de la izquierda se muestra el cometa C/2012 Panstarrs K1, destacando un núcleo puntual, como una estrella, una cabellera a su alrededor de forma esférica y difusa y una larga cola. A la derecha del cometa, se distingue la lejana galaxia NGC 3614, con una magnitud visual de 11,6 haciéndose visible solo con telescopios y de unas dimensiones aparentes de 4,8x 2,9 minutos de arco, unas 6,5 veces más pequeña que la Luna llena. Se ve prácticamente de frente ya que su ángulo de inclinación es de 80º. Se trata de una galaxia espiral tipo Sc, muy semejante a la nuestra, con una compañera muy pequeña, que no se observa en la foto, denominada NGC 3614 A, de magnitud visual 15 y de sólo 40” de diámetro. También se trata de una galaxia espiral normal, en este caso barrada. Son dos galaxias que contienen una gran cantidad de estrellas jóvenes de color azul, cuyo nacimiento anual es de 1 masa solar por año para NGC 3614.
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