Un grupo de ciudadanos, organizados en el
ISEE-3 Reboot Project, pretende revivir una sonda que la NASA lanzó al espacio hace 36 años y que lleva desde 1997 en desuso, sin función alguna, convertida en
chatarra espacial. Los organizadores de la iniciativa, que han recurrido al
crowfunding (una forma alternativa de financiación colectiva) para llevarla a cabo (el objetivo era llegar a los 150.000 dólares y lo han superado), pretenden contactar con la nave, llamada
Explorador Internacional Sol-Tierra (ISEE-3) cuando se acerque a nuestro planeta en agosto y, si es posible, tomar el control de la misma.
La ISEE-3 fue lanzada en 1978 con el objetivo de estudiar cómo la corriente de partículas cargadas que fluye desde el Sol, el
viento solar, actúa en el campo magnético de la Tierra. Tras completar su misión, la sonda fue utilizada para estudiar al famoso
cometa Halley en su visita durante 1986. Después, fue destinada a investigar las
eyecciones de masa coronal, las más intensas erupciones que se producen en el Sol.
En 1997, y tras calcular que en 2014 debería acercarse, la NASA decidió desactivar la nave. Fue dejada a su suerte, pero todavía quedaba un hilo de comunicación. Los científicos decidieron dejar el transmisor encendido para que en 1999 se pudiera seguir su señal cuando pasara por detrás del Sol, para estudiar como le afectaba el paseo. Acabado el experimento, la sonda debía haber sido apagada, pero el transmisor no fue desconectado, lo que ahora ha permitido que el
Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI) la haya localizado, a pesar de que su señal es muy débil.
Cuando fue encontrada, la nave espacial estaba a un poco más de 0,3 UA de la Tierra (unos 45 millones de kilómetros). Su
órbita cementeriola aproximará al planeta poco a poco, alcanzando su máximo acercamiento el próximo 10 de agosto. Según el SETI, ese día la señal será 10.000 veces más fuerte de lo que es ahora.
Esta oportunidad llamó la atención de un grupo de ciudadanos aficionados a la ciencia, estudiantes y jubilados de la NASA: ¿por qué no reiniciar la sonda? El pasado 21 de mayo,
la agencia espacial les dio permiso para hacerlo. El grupo ha instalado un amplificador de radio en el
radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico para tratar de comunicarse con la nave en los próximos días. Durante las siguientes semanas, intentará registrar las señales vitales del aparato, moverlo a una nueva órbita y ordenarle que comience a enviar cualquier dato que haya reunido en sus últimos años en el espacio.
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